Según la Ley Tributaria española, las empresas están obligadas a pagar una serie de impuestos, ya que de no hacerlo se enfrentarán a duras sanciones por parte de la Agencia Tributaria. Es importante que todos los negocios planifiquen sus cuentas de cara al pago de estos tributos, algo que se facilita mucho con el uso de un software de gestión empresarial adecuado. Existen diferentes tipos de impuestos para las empresas en España, los cuales varían en función de factores como el tipo de negocio, su tamaño o sus ingresos.
Índice de contenidos
1. Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE)
El Estado comparte la gestión de este impuesto con las administraciones municipales, y su ámbito de aplicación recoge a todo aquel que realice una actividad económica, artística o profesional. Este impuesto se paga de manera anual, y las personas físicas o sociedades cuya cifra de negocio anual no supere el millón de euros quedan exentos del mismo. Existen cuatro tipo de declaraciones diferentes en relación con este tributo:
- Declaración de alta. Se debe realizar en el momento de empezar con una actividad profesional.
- Declaración de variación. Tiene que hacerse cuando hay algún cambio en la actividad profesional desempeñada.
- Declaración de comunicación. Se utiliza para informar sobre el informe neto de la cifra de negocios.
- Declaración de baja. Se efectúa cuando se cesa la actividad profesional por parte del contribuyente.
2. Impuesto sobre Sociedades (IS)
El impuesto sobre Sociedades grava la renta de las sociedades de nuestro país, y debe declararse aunque la entidad no haya obtenido ninguna renta sujeta a este impuesto o no haya desarrollado una actividad económica durante el periodo impositivo. Este impuesto debe ser pagado por todas las sociedades, ya sean limitadas, civiles, anónimas o cooperativas. El sujeto pasivo del impuesto es cualquier sociedad con sede o domicilio social en España, o bien que se haya constituido bajo las leyes españolas.
El pago del IS se realiza de forma fraccionada, a lo largo de tres plazos dentro del periodo impositivo, el cual dura 12 meses como máximo. Este tributo se devenga el último día de este periodo, y todas las sociedades que se vean obligadas a pagarlo tendrán que declararlo anualmente. Actualmente el tipo general es del 25%, pero podría verse reducido según el tipo de empresa.
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3. Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA)
Tanto las empresas como los propios ciudadanos tienen que pagar este impuesto, que grava el consumo de bienes y servicios. Su ámbito de aplicación recoge todo el territorio de la Península Ibérica e Islas Baleares, mientras que en Canarias se paga el Impuesto General Indirecto Canario (IGIC), que podríamos considerar su equivalente (pero con distintos porcentajes).
Actualmente existen tres tipos de IVA en función del tipo de producto o servicio consumido:
- Superreducido (4 %). Se aplica a medicamentos, libros y productos de primera necesidad.
- Reducido (10 %). Se aplica a productos de uso ganadero, forestal o agrícola, alimentos, transportes, medicamentos para animales, agua o compraventa de viviendas.
- General (21 %). Se aplica a todos los productos y servicios que no entren en las dos categorías anteriores.
4. Impuestos especiales y medioambientales
Los impuestos especiales gravan la importación, fabricación y/o introducción en el territorio español de determinadas actividades (alcohol y bebidas alcohólicas e hidrocarburos), así como la matriculación de determinados puestos de transporte, el suministro de energía eléctrica y la puesta a consumo de carbón. Por otro lado, en España también existen impuestos medioambientales:
- Impuesto sobre la producción y almacenamiento de combustible nuclear y residuos radiactivos.
- Impuesto sobre el valor de la extracción de gas, petróleo y condensados.
- Impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica.
- Impuesto sobre los gases fluorados de efecto invernadero.
5. Impuestos regionales y locales
En nuestro país, los impuestos regionales y locales son variados y diversos en función del lugar en el que nos encontremos y la situación particular de las empresas y la comunidad autónoma, por lo que es conveniente informarse sobre ellos y conocer las peculiaridades de cada comunidad, provincia o región. Por ver un ejemplo claro de ello, las empresas de Navarra y el País Vasco tributan con un régimen especial, viéndose obligadas a destinar una gran parte de su margen bruto de ingresos al pago de impuestos (las empresas grandes pagan un 63 %).
Todas las empresas pagan impuestos, por lo que es conveniente conocer las características de cada tributo para evitar problemas con la Agencia Tributaria. Para llevar una gestión mucho más eficaz de los impuestos, es recomendable contar con un ERP como STEL Order que facilita de manera gratuita las tareas al departamento contable.