El procedimiento monitorio es una herramienta legal pensada para facilitar la recuperación de deudas de manera rápida y sencilla, especialmente para pequeñas y medianas empresas, autónomos y particulares.
En un entorno empresarial donde los impagos pueden poner en riesgo la estabilidad financiera, este proceso simplificado permite reclamar deudas claramente documentadas sin tener que enfrentarse a un juicio ordinario. A lo largo de este artículo, exploraremos qué es el procedimiento monitorio, cuándo utilizarlo, sus pasos, ventajas, y responderemos a las preguntas más frecuentes sobre su aplicación.
Índice de contenidos
¿Qué es un procedimiento monitorio?
El procedimiento monitorio es un proceso judicial simplificado diseñado para reclamar deudas dinerarias, vencidas y exigibles de manera rápida y eficaz. Está destinado a recuperar impagos sin necesidad de un juicio ordinario, ideal para deudas que no superen los 6.000 euros. Este procedimiento es especialmente útil para autónomos y pymes que necesitan cobrar facturas pendientes con el mínimo coste y tiempo. Requiere que la deuda esté claramente documentada con facturas, contratos o albaranes firmados.
¿Cuándo se puede utilizar el procedimiento monitorio?
El procedimiento monitorio se puede utilizar para reclamar deudas que cumplan con las siguientes condiciones:
- Deudas dinerarias: La reclamación debe ser por una cantidad de dinero concreta, no por bienes o servicios.
- Vencidas y exigibles: El plazo de pago debe haber finalizado y la deuda debe ser exigible en ese momento.
- Documentación: Es necesario contar con pruebas documentales de la deuda, como facturas, contratos o albaranes firmados.
Este procedimiento es ideal para reclamar importes no controvertidos de forma rápida y sin necesidad de un juicio ordinario.
¿Cuáles son los pasos del procedimiento monitorio?
El procedimiento monitorio comienza cuando el acreedor presenta una solicitud en el juzgado, aportando documentos que acrediten la deuda, como facturas o contratos. Luego, el juzgado notifica al deudor y le da 20 días hábiles para responder. En este tiempo, el deudor tiene tres opciones:
- Pago: Si paga la cantidad reclamada, el procedimiento se da por finalizado.
- Oposición: Si presenta una oposición, el proceso se convierte en un juicio ordinario o verbal, dependiendo de la cuantía de la deuda.
- No responde: Si el deudor no contesta, el juzgado puede emitir un auto de ejecución que permita embargar sus bienes para saldar la deuda.
Resumen de pasos:
- Presentación de la solicitud.
- Requerimiento de pago.
- Respuesta del deudor:
- Pago: el procedimiento finaliza.
- Oposición: se inicia un juicio.
- Inacción: se procede a la ejecución forzosa.
¿Qué ventajas ofrece el procedimiento monitorio?
El procedimiento monitorio presenta numerosas ventajas, especialmente para quienes buscan recuperar deudas de manera eficiente.
En primer lugar, es un proceso rápido y sencillo, diseñado para resolver reclamaciones de manera ágil, sin necesidad de pasar por un juicio ordinario. Además, no requiere la intervención de abogado ni procurador para deudas inferiores a 2.000 euros, lo que reduce significativamente los costes. Si el deudor no se opone, se puede llegar a la ejecución forzosa en poco tiempo, permitiendo al acreedor recuperar su dinero de manera efectiva.
Principales ventajas:
- Rapidez en la resolución de la reclamación.
- Bajo coste en casos de pequeñas deudas.
- Posibilidad de embargo rápido si no hay oposición.
Documentación necesaria para iniciar un procedimiento monitorio
Para iniciar un procedimiento monitorio es fundamental contar con la documentación adecuada que acredite la existencia de la deuda. Esto incluye cualquier soporte que demuestre la relación comercial y el impago, como:
- Facturas: Emitidas y no pagadas.
- Contratos: Que detallen las condiciones del acuerdo.
- Albaranes firmados: Que confirmen la entrega de productos o servicios.
- Correos electrónicos o comunicaciones escritas: Que reflejen la reclamación de pago.
Contar con esta documentación bien organizada y detallada es clave para que el juez acepte la solicitud y el proceso avance de manera ágil y efectiva.
Ejemplo práctico de una empresa con facturas impagadas
«TechSupply S.L.«, una empresa de suministros tecnológicos, vendió equipos informáticos a una pyme y emitió varias facturas por un total de 4.500 euros. A pesar de haber confiado en el cliente, el plazo de pago de 30 días pasó sin recibir el dinero. Tras varios intentos de comunicación, decidieron actuar.
Reunieron toda la documentación: facturas, correos y albaranes firmados, y presentaron una solicitud de procedimiento monitorio. El juzgado notificó al deudor, quien no respondió en el plazo. Esto permitió a «TechSupply» solicitar un embargo de las cuentas del cliente y, finalmente, recuperar su dinero. Una solución eficaz ante una situación frustrante.
Preguntas frecuentes sobre el procedimiento monitorio
¿Qué pasa si el deudor no responde al requerimiento de pago?
Si el deudor no responde en el plazo de 20 días hábiles, el juzgado puede emitir un auto de ejecución, lo que permite embargar bienes del deudor para saldar la deuda.
¿Es necesario contratar un abogado?
No es obligatorio contratar abogado ni procurador para deudas inferiores a 2.000 euros. Sin embargo, contar con asesoramiento legal puede ser útil en caso de oposición del deudor.
¿Se puede reclamar cualquier tipo de deuda?
No. El procedimiento monitorio solo es válido para deudas dinerarias, es decir, aquellas que consisten en el pago de una cantidad de dinero específica, vencida y exigible.
