El contrato mercantil de los autónomos: todo lo que debes saber

El contrato mercantil supone el sentido de formar parte de cualquier proyecto siendo trabajador autónomo, sin el tu trabajo carece de formalidad por lo que es esencial.

No podríamos entender lo que supone ser trabajador por cuenta propia sin el contrato mercantil del autónomo. Este documento es esencial para desarrollar tu actividad profesional si eres uno de ellos. ¿Qué te parece si te quedas con nosotros para conocerlo un poco mejor? 

Los contratos mercantiles constituyen una de las principales diferencias entre quienes trabajan por cuenta propia y quienes lo hacen por cuenta ajena. Es por ello que, como autónomo, necesitas dominar todos sus entresijos para desenvolverte con soltura en tu día a día. 

¿Qué es un contrato mercantil? 

El contrato mercantil del autónomo es el documento que firma el trabajador por cuenta propia con su cliente sin que medie subordinación alguna entre ellos. Este instrumento legal permite constatar tanto los detalles de su prestación como la cantidad que deberá pagarle quien lo contrata. Con sus firmas, ambas partes quedan legalmente vinculadas a cumplir sus respectivas obligaciones.

¿Qué requisitos deben cumplir los contratos mercantiles de los autónomos?

  1. Al menos una de las partes debe ser un trabajador por cuenta propia, circunstancia que vendrá determinada por el hecho de estar dado de alta en el RETA.
  2. El autónomo suscribirá tantos contratos mercantiles como clientes tenga, sin quedar subordinado a ninguno de ellos.
  3. La obligación de pagar las pertinentes cotizaciones a la Agencia Tributaria y a la Tesorería General de la Seguridad Social recae enteramente sobre el autónomo.
  4. La contraprestación económica que recibe el autónomo como pago por sus servicios no tendrá en ningún caso el carácter de nómina. Consecuentemente, este profesional deberá emitir la correspondiente factura con IVA y, en su caso, aplicar la retención del IRPF.
  5. El autónomo tiene que tener los medios de trabajo que necesite para prestar el servicio a sus clientes (por ejemplo, herramientas). 

¿Qué cláusulas contiene el contrato mercantil del autónomo?

Como sucede con cualquier otro contrato, los contratos mercantiles pueden incluir tantas cláusulas como las partes deseen. No obstante, algunas de ellas son de obligatoria inclusión para que el documento se considere legalmente válido.

Estos puntos conforman el contenido mínimo obligatorio del contrato mercantil con un trabajador por cuenta propia:

  • Identificación del autónomo y de su cliente. Esto se llevará a cabo mediante la inclusión del: nombre o razón social, NIF o CIF y domicilio fiscal donde desarrollen su actividad profesional.
  • Descripción del servicio que llevará a cabo el autónomo. Por razones obvias, este apartado debe aparecer detallado con la mayor precisión posible. 
  • Contraprestación económica del cliente. Esta cláusula incluye tanto el precio como el plazo y la forma de pago; con respecto al primero, puede determinarse por horas, jornadas laborales o mediante una única retribución. En el caso de abonos mediante comisiones, deberá especificarse el porcentaje de estas.
  • Derechos y obligaciones correspondientes al autónomo y a su cliente.

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Entre las cláusulas de inclusión voluntaria más frecuentes en este tipo de contratos, podemos señalar las siguientes:

  • Duración de la relación contractual.
  • Derecho del autónomo a ser indemnizado cuando finalice la relación contractual. Si no se incluye esta mención, no tendrá derecho a indemnización alguna.
  • Mecanismos de resolución de conflictos en el supuesto de que surjan disputas.
  • Propiedad intelectual y derechos de autor. Este apartado indicará a quién corresponderá su titularidad.
  • Confidencialidad. Es necesario incluir esta cláusula para que las partes guarden secreto sobre los datos que van a compartir
Contrato mercantil para autónomos

¿En qué se diferencia de otros contratos?

Como ya apuntábamos al principio, el contrato mercantil es lo que marca la diferencia entre el autónomo y el asalariado. A fin de cuentas, este último queda vinculado a la empresa por medio de la contratación laboral. En este punto, creemos necesario distinguir ambos tipos de contratos.

Contrato laboral del asalariado

Por medio del contrato laboral, el trabajador por cuenta ajena: 

  • Tiene una relación de dependencia con respecto a la empresa. Por lo tanto, queda sujeto a su estructura organizativa y a los medios de trabajo que esta le proporcione. 
  • Percibe su retribución mediante el pago de una nómina. 
  • Está sujeto al régimen general, por lo que debe pagar solo el IRPF (los seguros sociales los abona la empresa). Además, está amparado por los derechos recogidos en el Estatuto de los Trabajadores o en su convenio laboral.

Contrato mercantil del autónomo

Por medio del contrato mercantil, el trabajador por cuenta propia:

  • Tiene una relación de independencia con respecto a su cliente. Presta sus servicios como un profesional externo: ni está integrado en el organigrama empresarial, ni utiliza los medios de trabajo propios de la empresa.
  • Debe emitir la correspondiente factura para obtener la retribución que le corresponde.
  • Está sujeto al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social (RETA). Consecuentemente, debe hacerse cargo tanto de sus obligaciones tributarias como de los seguros sociales. En cuanto a sus derechos, serán los que se estipulen en el contrato mercantil.

Contrato TRADE

El TRADE (autónomo dependiente) está a medio camino entre el autónomo y el asalariado. Se trata de un trabajador por cuenta propia que depende económicamente de un único cliente. Este profesional, que se vincula a sus clientes mediante un tipo de contrato específico (que no es ni mercantil ni laboral), goza de vacaciones y permisos de carácter legal (no contractual). 

¿Cuáles son los pros y los contras de un contrato mercantil?

Como ya habrás podido intuir al comparar el contrato mercantil del autónomo con el contrato laboral del asalariado, este documento presenta una serie de pros y contras para los firmantes. Ciertamente, lo que para el cliente es una ventaja (por ejemplo, ahorrarse los seguros sociales), se convierte en desventaja para el trabajador por cuenta ajena (más gastos) y viceversa. 

Ventajas del contrato mercantil de los autónomos

  1. Libertad y flexibilidad. El contrato mercantil del autónomo crea una relación con en plano de igualdad con el cliente. Gracias a ello, puedes seleccionar a los clientes con los que quieres trabajar y desarrollar una actividad profesional sin someterte a jefes ni horarios.
  2. Mayor competitividad. El hecho de que los pagos a la Seguridad Social corran de tu cuenta juega tanto a tu favor como en tu contra. Lo positivo de este aspecto es que hace que tu contratación resulte sumamente rentable para las empresas: ese ahorro que logran contigo te da ventaja sobre los asalariados. 
  3. Oportunidades de crecimiento. Cuando eres autónomo, nada te frena porque los clientes son tuyos. Es más, cuando te consolidas como profesional estás en una posición óptima para expandirte, ya que eres 100 % independiente.
  4. Accesible. A diferencia de lo que sucede con las sociedades mercantiles, el contrato mercantil te permite desarrollar una actividad profesional independiente sin necesidad de realizar un gran desembolso económico. La existencia de bonificaciones como la tarifa plana de la Seguridad Social te facilitan un progresivo afianzamiento, haciendo que tus pagos vayan en proporción a tus ingresos. 
  5. Seguridad. Ya te indicamos que una de las partes más importantes en el contrato mercantil del autónomo es la descripción pormenorizada de tu prestación. Gracias a ella, tus clientes no podrán pasarse de listos pidiéndote que hagas más de lo inicialmente convenido. 

Desventajas del contrato mercantil para el autónomo 

  1. Más gastos. Tener que afrontar los pagos a la Seguridad Social arroja mayor presión económica sobre tus hombros.
  2. Sin derecho a paro. A diferencia del asalariado, el autónomo no tiene derecho a recibir un subsidio de desempleo cuando concluye la relación contractual. Eso sí, puedes obtener una indemnización si el contrato lo prevé expresamente.
  3. Vulnerabilidad. Derechos como las vacaciones y los permisos de maternidad o paternidad quedan sujetos a lo dispuesto en el contrato. Esto podría dar lugar a prácticas abusivas, sobre todo cuando este documento se redacta sin el asesoramiento de un abogado.
  4. Gestiones complicadas. Al ser autónomo, todo depende de ti (obtener bonificaciones, crear presupuestos, emitir facturas, llevar la contabilidad, etc.). Es aquí donde contar un software de gestión integral resulta de gran ayuda para llevarlo todo en orden y sin errores.

Contrato mercantil sin ser autónomo

Aunque este tipo de acuerdos suele estar asociado a trabajadores autónomos, lo cierto es que no es estrictamente necesario estar dado de alta como tal para poder celebrarlo.

En determinadas circunstancias, una persona física puede formalizar un contrato mercantil sin estar registrada en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA). Esto ocurre, principalmente, cuando la actividad es puntual, no se realiza de manera habitual y no supera ciertos umbrales económicos como el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) anual. En estos casos, la jurisprudencia ha avalado que no es obligatorio el alta como autónomo, siempre y cuando no exista continuidad ni periodicidad en la prestación de los servicios.

Aun así, es importante tener en cuenta las implicaciones legales y fiscales de esta situación. Aunque no se requiera estar registrado como autónomo, sí es necesario emitir una factura legal por los servicios prestados, declarar los ingresos y asumir las correspondientes obligaciones tributarias, como el pago del IVA o el IRPF. Omitir estas obligaciones puede conllevar sanciones por parte de la Agencia Tributaria, incluso si el servicio se presta de forma esporádica.

Además, tanto el profesional como la empresa contratante deben actuar con cautela para no caer en una figura de falsedad contractual. Si existe una relación que en la práctica se asemeja a un vínculo laboral —por ejemplo, cumplimiento de horarios, uso de recursos de la empresa o dependencia jerárquica—, las autoridades podrían considerar que se trata de una relación laboral encubierta, con las consecuencias legales que ello implica.

Por todo ello, aunque es legal formalizar un contrato mercantil sin estar dado de alta como autónomo en ciertos contextos, resulta fundamental evaluar bien cada caso, considerar la frecuencia y naturaleza de la actividad, y cumplir con las obligaciones fiscales correspondientes. También es aconsejable documentar correctamente el alcance del acuerdo y mantener la independencia operativa en la ejecución del servicio, para evitar conflictos legales o sanciones administrativas.

Contrato mercantil: ejemplo

A continuación se presenta un ejemplo simplificado de un contrato mercantil de prestación de servicios entre una empresa y un trabajador autónomo:

ElementoDetalle
Tipo de contratoContrato mercantil de prestación de servicios
Empresa contratanteTecnología Avanzada S.A.
Profesional contratadoJuan Pérez Gómez (freelancer de desarrollo web)
Objeto del contratoDesarrollo y mantenimiento del sitio web corporativo
Duración6 meses (01/04/2025 – 30/09/2025)
Remuneración$2,000 mensuales más IVA, facturados a final de cada mes
Condiciones especialesEl profesional no tiene relación laboral; trabaja por cuenta propia.
Jurisdicción aplicableCiudad de México, México
Fecha de firma25 de marzo de 2025

Este ejemplo refleja una situación muy común en el mundo empresarial actual, donde muchas empresas optan por externalizar ciertos servicios mediante contratos mercantiles, evitando así la contratación laboral tradicional. Este tipo de acuerdos ofrecen mayor flexibilidad, pero también exigen que ambas partes tengan muy claras sus obligaciones y derechos.

Plantilla de contrato mercantil para autónomos

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Una vez que te hayas descargado nuestro modelo de contrato mercantil para el autónomo, podrás personalizarlo incluyendo tus propios datos y los de tu cliente. Hemos dejado los pertinentes espacios en blanco para que los rellenes.

Nuestra plantilla cuenta con el mínimo común denominador que este tipo de contratos necesita para tener plena validez legal. Por supuesto, puedes incorporar todas las cláusulas y anexos que estimes oportunos, a fin de adaptarlo por completo a tus necesidades.

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